5.10.08

LA VERDAD TIENE DISTINTAS CARAS

Tal y como se puede ver en esta paradoja siempre hay más de un punto de vista:

Euatlo era un joven sin recursos económicos que deseaba estudiar con Protágoras con la idea de dedicarse a la abogacía. Protágoras, que apreciaba la inteligencia del joven, le propuso que asistiera a sus clases y que una vez ganara su primer pleito ejerciendo de abogado, le abonara sus honorarios. El joven estuvo de acuerdo en el arreglo.

Euatlo, efectivamente, asistió a todas las lecciones pero, cuando acabó su formación, anunció que finalmente no se iba a dedicar a la abogacía, sino a la política, y que, por tanto, no estaba en obligación de pagar sus honorarios, pues jamás ganaría un pleito. Protágoras amenazó al estudiante con un pleito y el joven argumentó:

«Si vamos a juicio, Protágoras, y yo gano, por este mandamiento judicial, no te tendré que pagar; si pierdo, dado que aún no habré ganado mi primer pleito, y esta era nuestra condición, tampoco tendré que pagar. Así, pues, Protágoras, no te conviene ir a juicio: seguro que lo perderás.»

A lo que Protágoras replicó:

«Si vamos a juicio, Euatlo, y yo gano, por este mandamiento judicial, me habrás de pagar; si pierdo, tú habrás ganado tu primer pleito y por razón de nuestro antiguo pacto, me habrás de pagar.»

Después de leer la paradoja de Protágoras uno puede plantearse quién de los dos es el que lleva la razón: ¿el alumno o Protágoras?

Ya dijo en su día Antonio Machado que la verdad es lo que es, y sigue siendo verdad aunque se piense al revés. Lo que nos lleva a pensar que hay tantas verdades como personas en el mundo.

Todas las cosas tienen más de un punto de vista. No es uno el que tiene razón y el otro el que está engañando, sino que puede que los dos digan certezas que aunque se opongan no son mentiras. Para hacerlo más visual, ya que se dice que una imagen puede ser más clara que un grupo de palabras vamos a observar la imagen tan común de la mujer joven-vieja:

Sería verdad que uno dijera que ve a una muchacha, pero aunque fuera totalmente opuesto, también sería cierto que otro explicara porqué ve a una mujer vieja. Es cierto que se trata de una ilusión óptica, pero todo depende desde donde se mire, ¿no? Una cosa no tiene porque quitarle protagonismo a otra.

Así pues, a favor de quien os posicionáis: ¿del alumno, del maestro o de ambos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario